lunes, 27 de julio de 2009

TEMA 4 TEORÍA DE KOHLBERG Y NIVEL PRECONVENCIONAL.

Teoría de L. Kohlberg. (colocado el 27 de Julio de 2009)

El aporte original de Piaget al desarrollo moral fue retomado, profundizado y ampliado por L. Kohlberg. El estudió la evolución del razonamiento moral del niño, del adolescente y del adulto en varia culturas, lo que da fundamento de universalidad a su teoría. Para este estudio diseñó técnicas estándar con la finalidad de interpretar y puntuar las respuestas a los dilemas morales presentados a los sujetos de su investigación. También propuso e implementó una metodología para la educación moral.

Frente a la concepción funcionalista que consiste en internalizar las normas sociales, Kohlberg presenta la moralidad como la construcción de principios morales autónomos por parte de cada individuo. Estas construcciones, propias de los enfoques cognitivos, entienden el desarrollo moral como el producto de la interacción entre la estructura mental del sujeto y las estructuras del medio ambiente. De este modo, un ambiente rico en relaciones humanas favorece el desarrollo de estructuras mentales capaces de producir juicios morales autónomos.

El instrumento principal que usó Kohlberg en su investigación fue el dilema.

Niveles del Desarrollo Moral: Kohlberg presenta su Teoría del Desarrollo Moral en tres niveles que se denominan en su orden: Nivel Preconvencional, Nivel Convencional, y Nivel Posconvencional. A su vez, cada nivel está dividido en dos etapas.

Nivel Preconvencional – etapas 1 y 2

En este nivel el individuo está centrado en la perspectiva de sus intereses concretos. No está abierto todavía a las expectativas sociales.

Etapa 1. Justificación de juicios morales con base en consecuencias físicas y rasgos individuales literales de la acción. Los individuos se centran casi por completo en sí mismo. Las normas se perciben como absolutas y, por lo tanto, deben obedecerse siempre; se reconoce el poder superior de la autoridad. Las acciones se aprecian por su materialidad y no por las intenciones. Lo bueno y lo malo están relacionados con el premio y el castigo respectivamente.

Etapa 2. Justificación del acto moral acudiendo a las necesidades pragmáticas del individuo, es decir, este es hedonista y pragmático. Las reglas se obedecen para obtener un mayor beneficio en un mundo donde hay otros que también tienen sus intereses. La motivación principal es satisfacer las propias necesidades y obtener recompensas, “te doy para que me des”

lunes, 20 de julio de 2009

TEMA 3: (TERCER PERIÓDO) Julio 20 del 2009

IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS (Grupo 3)

Cuando se habla de implicaciones pedagógicas no necesariamente se hace referencia al a acción que se desarrolla en una institución educativa. Todo ámbito social es propicio para educar y el profesional de cualquier carrera actúa en un núcleo social donde podrá poner en práctica una pedagogía humanizante.

Si bien Piaget ubica, de acuerdo con sus estudios, la moral heterónoma en edades tempranas y la moral autónoma en la adolescencia, la vida cotidiana presenta a personas adultas que no han hecho el paso hacia una moral autónoma.

Vale preguntarse: ¿Qué tipo de educación propicia el desarrollo de la moral autónoma? Entre otras cosas, es el ejercicio de una autoridad democrática. El autoritarismo, como mal ejercicio de la autoridad, refuerza las conductas heterónomas; pero si la autoridad es democrática y favorece la participación y el diálogo, fomenta comportamientos autónomos. Luego la autonomía moral nace cuando la autoridad usa razones y no castigos, educa en valores antes que imponer normas y respeta a las personas aunque corrige sus conductas. Por consiguiente, el educador, al reducir la presión de la autoridad, crea un clima de buenas relaciones interpersonales que favorece la autonomía moral.

Hay instituciones educativas que en su estructura relacional tienen las características de organizaciones que fomentan una moral autónoma. Es decir, esas instituciones hacen un proceso hacia estructuras más democráticas para propiciar el desarrollo de la autonomía. Se sabe que el fin de la educación moral es formar personas autónomas con capacidad de cooperación social. De este modo, toda institución educativa en su estructura y los educadores en sus actitudes deben facilitar el desarrollo desde una moral heterónoma hacia una moral autónoma. El paso hacia la moral autónoma es un proceso individual y social fomentado y gestado por el clima educativo de confianza, de libertad y de estima incondicional que valora a la persona como es y cree sinceramente en sus posibilidades.

El ambiente democrático que fomenta la moral autónoma, implica valores como: el sentido de pertenencia que favorece la participación, la racionalidad dialógica que requiere de la argumentación y el compromiso que lleva a la co-responsabilidad y la solidaridad.

lunes, 6 de julio de 2009

TERCER BIMESTRE ACADÉMICO.

TEMA 1: Fines y medios de la educación moral.


Una pedagogía moral pregunta por los fines de la educación moral y por los medios para conseguir esos fines. Los educadores de las generaciones pasadas tenían más claridad sobre los fines de la educación moral que los actuales, esto debido al tipo de sociedad en que vivían. Las sociedades de antes eran sociedades tradicionales y estáticas, religiosas y dogmáticas, además de ser verticalistas y homogéneas. En estas sociedades las normas eran intocables, de modo que la educación se reducía a controles externos para interiorizarlas y hacerlas cumplir y luego se pasaba a un autocontrol: se puede afirmar que allí no había desarrollo moral. Hoy las sociedades han cambiado, buscan ser democráticas y pluralistas, hay grandes cambios que parecen no detenerse. Las normas existentes en la sociedad actual deben ser discutidas y deben pasar por el tamiz de la racionalidad; de este modo, se evita el dogmatismo estático del pasado sin caer en un relativismo permisivo. Hay valores y principios tradicionales que no perdieron su vigencia porque son patrimonio moral de la humanidad, pero deben adaptarse a las sociedades cambiantes. Todo esto requiere de un desarrollo moral.

Respeto a los medios, hay que hacer una clara distinción entre los tradicionales que perdieron vigencia por ineficaces y los propuestos actualmente que dan garantía en la educación moral. Entre los métodos tradicionales se puede mencionar el método de adoctrinamiento que es manipulación de las mentes y de las conciencias, pues está fundamentado en el autoritarismo y en contenidos fijos que hay que interiorizar. Otro método que perdió vigencia es el conductista basado en la triple relación de contingencia (estímulo-respuesta-consecuencia) donde las reglas claras y conocidas determinan una conducta que es premiada si responde a la norma y castigada si la infringe. Hoy se presentan métodos participativos que fomentan el diálogo, la reflexión y la toma de decisiones autónomas, en los que se tienen en cuenta, además de la racionalidad, la emotividad, las vivencias del pasado y el contexto del presente.

TEMA 2: Teoría Piagetiana.

TEMA 2: Teoría Piagetiana. (Grupo 2)
Piaget plantea el proceso de madurez moral en una secuencia que va de la moral heterónoma a la moral autónoma, él piensa que no hay una moralidad innata, pues para desarrollar el juicio y el comportamiento moral son necesarias unas adecuadas relaciones interpersonales. Es decir, la capacidad moral inscripta en todo ser humano necesita de relaciones interpersonales para su desarrollo. El dice que la sociedad no es homogénea, pues se dan en ella dos tipos de relaciones interpersonales que generan las dos modalidades de moral que antes hemos mencionado: la heterónoma y la autónoma. No corresponde analizar aquí el desarrollo cognitivo que presenta Piaget (pensamiento preoperacional, operaciones concretas, operaciones formales), pero en su estudio de la moral tiene en cuenta el desarrollo cognitivo y afectivo, porque “el juicio moral no es sino una estructura cognitiva de cómo sentimos el trato con los demás y de cómo los demás nos deben tratar”. (Hersh y otros, 1984, p.41). Moral heterónoma: esta moral está caracterizada por la dependencia, la sumisión y la obediencia ciega, ya sea a la autoridad, ya sea a la regla, la autoridad es sagrada, incuestionable y ejerce un poder omnímodo; debe haber un sometimiento a ella. En las reglas se ve sólo su literalidad y no su espíritu o razón de ser, no se ve el valor que subyace en cada regla; por eso éstas son coercitivas, están caracterizadas por una obligatoriedad incuestionable. Lo bueno se identifica con la voluntad de la autoridad y la materialidad de las reglas y tiene como consecuencia el premio. Lo malo, al contrario, se identifica con el castigo que es espiatorio de la culpa. De esta concepción moral surgen en el individuo sentimientos de miedo y sumisión a la autoridad. El deber se impone de modo categórico independientemente de la conciencia y las circunstancias en que se encuentre el individuo. Así la obligación está por encima del bien y de la propia autonomía. Moral autónoma: la moral autónoma nace de la libertad interior del sujeto, mas no se identifica con la libertad absoluta. “La esencia de la autonomía es… llegar a ser capaces de tomar sus propias decisiones, pero la autonomía no es lo mismo que libertad total. La autonomía significa tener en cuenta factores relevantes al decir cuál puede ser el curso para una acción que concierne a todos” (Kamii, conferencia). El desarrollo de una personalidad autónoma se caracteriza por “pensar por sí mismo, por actuar por convicción personal, por tener un sentido crítico y por asumir responsabilidades” (Ministerio de Educación Nacional, 1988, p.55) La autonomía no significa considerar sólo el punto de vista personal, sino también el de otras personas que serán afectadas por mi conducta, por esto la autonomía está relacionada con los valores de reciprocidad, solidaridad y responsabilidad. Implica también asumir libre y críticamente las normas y valores en que fui socializado, crítica que se fundamenta en principios y valores universales. Si la heteronomía está caracterizada por el miedo y la dependencia, en la autonomía brillan como actitudes la libertad, el propio convencimiento y la autoestima.